Los plásticos tienen una reducida capacidad de degradación por lo que causan un grave deterioro del paisaje y una fuerte producción de metano (más nocivo que el dióxido de carbono). El metano es un gas de efecto invernadero que contribuye al cambio climático del planeta. Por cada kilogramo de plástico reciclado el ahorro de emisiones de CO2 es de 1,5kg.